Recuerdo la primera intercepción de miradas.
El cambio en la comisura de tus labios cuando te enojabas.
Tu mirada felina cuando me deseabas.
Tus manos grandes y varoniles, que contenían las mías
pequeñas y frágiles.
Tu voz en el teléfono tan sensual y pausada.
La seguridad al momento del primer beso.
La decisión al tomarme las manos.
Recuerdos de ayer, nostalgia de hoy, aunque no sea presente hoy
casualmente lo reviví en mi interior.
Tenia ganas de decir aunque no te llegue a vos…
Es que sigue lloviendo y a mi la lluvia me desarma, es que sigo siendo mujer y tu presencia en estos tiempos pareciera necesaria.
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